En nuestra experiencia trabajando con todos los emprendedores en distintas partes del país, hemos notado diferentes factores que afecta directamente a los emprendedores al momento de iniciar su empresa o al solo tener una idea. Muchas veces la falta de conocimiento o de capacitación lleva a muchas personas a desorientarse y tomar decisiones o no tomar ninguna, viendo resultados nada favorables en su reto de emprendimiento.
Por otra parte, muchas personas que ya están enrumbados en
este camino muchas veces bastante hostil, esperan ver resultados a corto plazo,
cuando no perciben que esta carrera es de siempre, y los resultados muchas
veces no se pueden contabilizar monetariamente, en los dos primeros años de
formada una empresa se deberían de esperar resultados basados en el valor, en
la confianza, en el posicionamiento más que en temas contables.
Sea que estés iniciando o en proceso del ciclo de vida de tu
empresa, tienes que tener en cuenta algunos obstáculos tanto mentales como
circunstanciales que podrían de alguna manera afectarte, mas que el ambiente y
las circunstancias existe el poder de voluntad, aquí te mostramos algunos
puntos a considerar, han sido recolectados de diferentes medios que nos podrían
ayudar a todos nosotros a tener una perspectiva anticipada de las cosas.
El desafío de la comercialización
Uno de los retos principales será la comercialización de un
producto o servicio, ya que con la virtualización podría ser un poco más
complicado. Por ejemplo, si el emprendedor cuenta con una empresa de servicios
y requiere reunirse con los clientes por videollamada, se aconseja mantener
siempre la cámara encendida, ya sea que el potencial comprador también lo haga
o no.
Mostrarse frente a la cámara generará más confianza. En la
medida de lo posible, se podría solicitar una reunión presencial, recuerda
siempre mantener el distanciamiento social y los protocolos de bioseguridad.
El reto de la venta
Otros de los desafíos que deberán afrontar los emprendedores
es en la venta. Las personas no les gusta que se les venda y que de frente se
le muestre un producto. Por esa razón, se sugiere conocer primero las
necesidades de la otra persona, para que el producto o servicio que se le
ofrezca ayude mitigar este problema. Si no lo tiene claro y le ofrece una
solución forzada, quedará mal. Es importante tomar en cuenta que, ante la
crisis generada por la pandemia, las personas son más selectivas y exigentes al
escoger proveedores.
El desafío del valor diferencial
Es fundamental que el emprendedor sepa qué lo hace distinto
y en qué es el mejor respecto al mercado. No necesita tener algo totalmente
disruptivo, pero su negocio tiene que tener una propuesta de valor difícil de
imitar; es decir, con varias barreras de entrada. Así cuando ingresen los
competidores, el emprendedor estará tres pasos adelante con un servicio o
producto potenciado. Ante ello, debe preguntarse ¿Qué lo hace diferente de
otros? y siempre mantenerse atento y dispuesto a mejorar lo que ofrece: hay que
recordar que las necesidades de las personas están cambiando constantemente.
El reto de mantener la conexión con el equipo de trabajo
Aún hay personas que siguen trabajando de forma remota, por
lo que se ha perdido la parte de compartir tiempo entre compañeros, de
conversar y festejar momentos como cumpleaños, aniversarios, etc. Es necesario
mantener la comunicación y no solo sobre temas laborales, sino saber cómo se
sienten anímicamente, conocer cómo está su familia o conocer acerca de otros
temas. Por ejemplo, para sostener este vínculo se podría realizar un after
office virtual para comentar sobre temas ajenos al trabajo y así poder
socializar.
Los desafíos que deberán afrontar los emprendedores deben
verse con paciencia y buen humor, y sobre todo poner en práctica lo aprendido
durante este tiempo.
Miedo al fracaso
En nuestro país, el 30% de mujeres siente miedo de fracasar
al momento de iniciar un emprendimiento, dado que se vive en una sociedad muy
conservadora, lo cual genera desconfianza para arriesgarse a tomar esta
decisión y en ocasiones pueden preferir trabajar para una empresa sin tener la
oportunidad de experimentar la aventura de realizar un emprendimiento propio.
Familia
Las mujeres trabajan a la semana nueve horas más que los
hombres en tareas no remuneradas, que son justamente las tareas del hogar,
asignando más tiempo a ello. Asimismo, ser madres es uno de los factores que
interrumpe el desarrollo laboral, porque dejan el trabajo para atender a la
familia.
Financiamiento
En países en vías de desarrollo como el Perú, las mujeres
tienen 20% menos de probabilidades que los hombres de abrir una cuenta en una
institución financiera y un 17% menos de solicitar un crédito.
Esto se evidencia más en zonas rurales donde no se tiene
acceso a servicios financieros, lo cual limita la posibilidad de emprender. A
ello se suma que requieren la aprobación por parte del esposo para poder
acceder o solicitar algún préstamo bancario.
Problemas para acceder a redes y mercados
Un aspecto importante para considerar es la escasa red de
contactos, pues es común que las mujeres emprendedoras opten por recurrir a sus
familiares o amigos más cercanos, pero es una red pequeña y muy limitada. Para
estos casos es recomendable desarrollar el networking, conversar con actores
del ecosistema que les puedan brindar recomendaciones de alto valor asistiendo
a eventos o conferencias que puede permitir ampliar y mejorar su propia red de
contactos.
Falta de inspiración
Las mujeres emprendedoras necesitan inspirarse, conocer
otros casos de emprendimientos que les puedan servir de ejemplo y sean modelos
para seguir o referentes de adónde quieren llegar. Esto las ayudará a motivarse
y no desistir en el camino.
Asimismo, es preferible que reciban mentorías y puedan
desarrollar las habilidades blandas, que son componentes básicos que toda mujer
emprendedora no puede dejar pasar.
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